sábado, 16 de julio de 2016

LA PEÑA DEL ÁGUILA, (VIAJE 1)

En la casa del padre, en la casa del padre hay muchas moradas. Yo vivo en el segundo patio interior entregada al sueño, la meditación y la lectura de los libros sagrados, sentada en el suelo. Suena el timbre. Me llama mi padre a su despacho de la zona suntuaria, y así me alecciona: "Hija mía muy amada, si en esta vida compensa depender de algo es de un sueño; el resto es destrucción. Y si no, mírame a mí; después de recorrer el mundo entero estoy como al principio: pienso en uno que no conozco. No te muevas, puesto que alejarse es ya regresar, y el punto de partida es siempre el lugar de llegada, pues todo viaje se completa con el retorno; pero escucha atentamente los relatos de los vagabundos que vengan a visitarte. Vuelve a tu habitación, hija mía muy amada. Que en la casa del padre hay muchas moradas, muchas moradas". De La Pobreza Dorada.

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