jueves, 21 de julio de 2016

PREPARATIVOS PARA EL VIAJE Y ENCUENTRO CON LA VERDAD (3).

En la mañana invernal llena de transparencias, azules claros y grises suaves que casi se pueden acariciar, até, cerré mi maleta y metí algunos libros en la mochila que me eché a la espalda. Y nada más iniciar el camino vi que en él también estaban familias con aire festivo, grupos de invitados a alguna boda, los amigos de los novios; excursionistas que se encaminaban a alcanzar la cima todavía nevada; escolares en compañía de sus profesores; afiliados a algún partido político que se dirigían a un mitin; una agrupación vecinal, y qué se yo. Y a veces algunos querían adelantar a otros. Pero vi también al borde del camino a una anciana algo achacosa, pero no exenta de belleza parecida a la del muérdago, que con su lentitud casi nos impedía avanzar. Me dijo que era la Verdad, y a su paso lento quise acomodar el mío.

PREPARATIVOS PARA EL VIAJE

lunes, 18 de julio de 2016

EL VIAJE (2)

No deseo de vivir más, sino sólo de vivir, es deseo de intensidad. Ya no hay espera, sino esperanza. En esto soy meridional, tengo mis mapas y ya estoy preparada para el camino, aunque mis caminos sean todos los caminos, incluso el cortado como el tronco más bello que la flor con su olor a piña seca. De El Emparrado.

sábado, 16 de julio de 2016

LA PEÑA DEL ÁGUILA, (VIAJE 1)

En la casa del padre, en la casa del padre hay muchas moradas. Yo vivo en el segundo patio interior entregada al sueño, la meditación y la lectura de los libros sagrados, sentada en el suelo. Suena el timbre. Me llama mi padre a su despacho de la zona suntuaria, y así me alecciona: "Hija mía muy amada, si en esta vida compensa depender de algo es de un sueño; el resto es destrucción. Y si no, mírame a mí; después de recorrer el mundo entero estoy como al principio: pienso en uno que no conozco. No te muevas, puesto que alejarse es ya regresar, y el punto de partida es siempre el lugar de llegada, pues todo viaje se completa con el retorno; pero escucha atentamente los relatos de los vagabundos que vengan a visitarte. Vuelve a tu habitación, hija mía muy amada. Que en la casa del padre hay muchas moradas, muchas moradas". De La Pobreza Dorada.