miércoles, 26 de septiembre de 2012

ESPAÑA

Puedo soportar que la irracionalidad de la locura se coloque por encima de la razón, pero no que lo hagan  la demagogia ni el espíritu sectario.
Pues éste es el problema de España, el fracaso de la racionalidad y por tanto de la libertad.
Así hablaría España: "Una vez más la muerte ha sabido hacer aquello de lo que no soy capaz: Unir a mis hijos en el mismo destino. Que descansen en la paz de Dios los que creyeron en Dios. Que descansen en la paz de los hombres los que sólo creyeron en los hombres, que ya es difícil...
¿Por qué no os pareceis más a mí, hijos míos, que soy heterodoxa?
¿Por qué os empeñais en ser tan ortodoxos, de izquierdas, o de derechas?"

No hay comentarios:

Publicar un comentario